1ªREVELACIÓN: Una masa crítica
Esta revelación, inconscientemente al principio, siempre emerge como una profunda sensación de desasosiego. Empezamos a vislumbrar un género
alternativo.
de experiencia, momentos de nuestras vidas que
de algún modo nos parecen más intensos, más inspiradores. No sabemos qué
experiencia es ni cómo hacerla durar, y cuando termina nos deja un sentimiento
de insatisfacción y de inquietud ante una vida que vuelve a parecernos normal.
Estamos al fin adquiriendo conciencia de qué es lo que realmente buscamos, de
qué es de verdad esa otra experiencia satisfactoria.
Cuando lo captemos plenamente habremos llegado a la primera revelación.
La primera revelación ocurre cuando tomamos conciencia de las
coincidencias que se dan en nuestras vidas. Tales coincidencias se
producen cada vez con más
frecuencia, y cuando ello
ocurre tenemos la sensación de que son cosas situadas más allá de lo que podría
considerarse mera casualidad; entendemos que son los elementos del destino,
como si nuestras vidas hubieran sido guiadas por una fuerza inexplicable. La
experiencia produce una impresión de misterio y excitación, y, como resultado,
nos sentimos más vivos.
El número de personas que son conscientes de tales coincidencias comienza a crecer espectacularmente
en la sexta década del siglo veinte. Este
crecimiento seguirá en alza hasta una fecha
próxima al inicio del siglo siguiente, momentos en q estos individuos
alcanzarán un nivel específico, una densidad demográfica como lo que los
físicos llaman “masa crítica”. Una vez alcanzado este punto, las culturas
comenzarán a tomarse en serio las experiencias coincidentes. Todos se
preguntarán simultáneamente qué misterioso proceso se desarrolla en este
planeta debajo de la vida humana. Será esta pregunta formulada al mismo tiempo
por un número suficiente de personas, la que permitirá que las demás
revelaciones lleguen también a las conciencias.
2ªREVELACIÓN: Un ahora más amplio
La historia no es sólo la evolución de la tecnología, también es la evolución del pensamiento. A través de la comprensión de la realidad de
las personas que nos precedieron, nosotros
podemos saber porqué miramos al mundo de la forma en la que lo hacemos, y
cuál
es nuestra contribución al futuro progreso. Podemos fijar con precisión el
momento en que entramos en el desarrollo, a más amplia escala, de la
civilización, y esto nos proporciona cierta idea de hacia dónde nos
encaminamos.
La segunda revelación sitúa nuestra percepción actual en una perspectiva histórica más dilatada.
En la conclusión del segundo milenio seremos capaces de ver este periodo de la historia en su conjunto, e identificaremos una particular preocupación que se ha desarrollado
durante la última mitad del milenio, en lo que ha sido llamado Edad Moderna. La
percepción que hoy tenemos de esas coincidencias representa una especie de
despertar del sueño que supone aquella preocupación.
Para entenderla visualizaremos lo siguiente: Imagínese a sí mismo
viviendo en el año mil, en lo que hemos llamado Edad Media. La primera
cosa que
debe usted comprender es que la realidad de la
época la definen los poderosos clérigos de la iglesia cristiana. Gracias a su
posición, aquellos hombres tienen una gran influencia sobre la mente del pueblo
llano. Y el mundo que aquellos hombres describen como mundo real es, por encima
de todo, espiritual. Generan una realidad que coloca su concepción de los
planes de
Dios para toda la humanidad en el centro mismo de la vida. >> Visualice esto: Usted pertenece a la clase social de su padre,
es básicamente un campesino o aristócrata, y sabe que seguirá confinado
para
siempre en dicha
clase social. Pero independientemente de la clase a la que pertenezca o del
trabajo que realice, pronto se dará cuenta que su posición social es secundaria
ante la realidad espiritual de la vida tal y como la conciben los
eclesiásticos.
>> La vida, descubre usted, consiste en pasar una prueba
espiritual. Los eclesiásticos explican que Dios ha situado a la
humanidad en el
centro de su
universo, rodeado por la totalidad del cosmos, con un único y exclusivo
propósito: ganar o perder la salvación.
Y en esa prueba debe usted elegir entre dos fuerzas contrapuestas: la fuerza de Dios y las insidiosas tentaciones del demonio.
>> Pero observe que no se lanza sólo al combate. De hecho, como
simple individuo no está usted cualificado para determinar su condición a
este
respecto. Ésta es
la jurisdicción de los eclesiásticos: ellos están ahí para interpretar las
Escrituras y señalar cada paso de su camino, según esté en concordancia con
Dios o le esté embaucando Satanás. Si sigue sus instrucciones, tiene asegurada
la recompensa de la otra vida más allá de la muerte. Pero si fracasa en
mantener el rumbo que le han trazado, bien, entonces… ahí están la excomunión y
la condena segura a los castigos del infierno.
El hecho crucial que hay que entender aquí es que cada aspecto del mundo
medieval está definido en términos que no son de este mundo. Todos los
fenómenos
de la vida, desde una tormenta a un terremoto, hasta la cosecha que se recoge a
plena satisfacción o la muerte de un ser querido, son definidos bien como fruto
de la voluntad de Dios, o bien de la malignidad del diablo. No existen los
conceptos de clima, ni de fuerzas geológicas, ni de horticultura, ni de
enfermedad.
Todo esto vendrá después.
Por el momento, usted cree a pies juntillas a los eclesiásticos: usted da por hecho que el mundo funciona exclusivamente por medios espirituales.
Imagine ahora que esa realidad que visualiza empieza a resquebrajarse.
La visión medieval del mundo, su visión, comienza a caer a pedazos en
los
siglos catorce y quince. Primero, usted nota
ciertas impropiedades por parte de los mismos eclesiásticos: violan
secretamente sus votos de castidad, o se toman la libertad de mirar hacia otro
lado cuando los representantes del gobierno incumplen las leyes divinas.
>>Estas impropiedades le causan a usted considerable alarma, por cuanto los eclesiásticos se tienen a sí mismos por la única conexión entre usted y
Dios.
Recuerde que son los intérpretes exclusivos de las Escrituras, los
únicos
árbitros de la salvación que usted aspira.
>>De súbito está usted en medio de una rebelión abierta. Un grupo
encabezado por Martín Lutero reclama la completa ruptura con la
cristiandad
papal. Los eclesiásticos
son corruptos, dicen, y piden que se ponga fin al reinado de aquellos
individuos sobre la mente del pueblo. Se forman nuevas iglesias basadas en idea
de que cada persona debería poder acceder por sí misma a las sagradas
escrituras e interpretarlas según su deseo, sin intermediarios.
>>Mientras usted observa incrédulo lo que ocurre, la rebelión
triunfa. Los eclesiásticos empiezan a retroceder. Estos hombres han
definido la
realidad durante siglos, y
ahora, ante sus ojos de espectador, están perdiendo credibilidad. En
consecuencia, el mundo entero es puesto en tela de juicio. El nítido consenso
sobre la naturaleza del universo y sobre el propósito de la humanidad en este
mundo, basado como estaba en la descripción de los eclesiásticos, se derrumba,
y les deja a usted y al resto de los seres humanos educados en la cultura
occidental en una posición más que precaria.
>>Después de todo, usted ha madurado acostumbrándose a la presencia en su vida de una autoridad que definía la realidad constantemente, y sin aquella
dirección
externa se siente confuso y extraviado.
Si la descripción de la realidad y la razón de la existencia humana que
le han dado los eclesiásticos son erróneas, se pregunta, ¿qué cosas son las que
merecen crédito?
Tal colapso ocasionó un tremendo trastorno. Por todas partes se
cuestionaba la antigua visión del mundo. De hecho, hacia el 1600 los
astrónomos
habían demostrado más allá de toda duda que
el Sol y las estrellas no giraban en torno a la Tierra, como pretendía la
iglesia. Estaba claro que la Tierra era sólo un pequeño planeta en la órbita de
un sol menos que pertenecía a una galaxia que contenía miles de millones de
soles similares. La humanidad había perdido su lugar privilegiado en el centro
del universo de Dios. Ahora, cuando usted observa si hace buen o mal tiempo, si
comprueba que sus plantas crecen o se entera de que alguien ha muerto
inesperadamente, siente un ansioso desconcierto; en el pasado habría dicho que
Dios era el responsable, o quizás el diablo. Pero a medida que el mundo
medieval desaparece, aquella certidumbre desaparece con él. Todas las cosas que
usted daba por sentadas necesitan nuevas definiciones, y muy especialmente la
naturaleza de Dios y la relación de usted con Dios.
>>Con esta conciencia comienza la Edad Moderna. Hay un creciente
espíritu democrático y una desconfianza masiva en la autoridad del papa y
del
rey.
Las definiciones del universo basadas en la especulación o en la fe en los textos bíblicos ya no son automáticamente aceptadas. A pesar de la falta de certidumbre absoluta, las
personas no querían ya arriesgarse a que un nuevo grupo sometiera a control su
realidad como lo habían hecho los clérigos. Si usted hubiera estado allí,
probablemente habría participado en la elaboración de un nuevo mandato a favor
de la ciencia. Usted habría dirigido la mirada a este vasto universo indefinido
y habría pensado, como hicieron los demás pensadores de la época, que
necesitábamos un método que generase consenso, una manera de explorar
sistemáticamente este nuevo mundo que teníamos ante nosotros. Y a esta nueva
manera de descubrir la realidad la habrían llamado método científico, que no
consiste más que en poner a prueba una idea sobre cómo opera el universo, para
llegar después a alguna conclusión y finalmente ofrecer esta conclusión a otros
para saber si están de acuerdo con ella.
>>Entonces tendrían preparado ya exploradores que saldrían ya a este nuevo universo, provisto cada uno del método científico, y les habrían
encomendado una misión
histórica: explorar este lugar y descubrir cómo funciona y qué significa
el
hecho de que nosotros nos encontremos vivos aquí.
>>Usted sabe que ha perdido su certeza en un mundo regido por Dios
y, a consecuencia de ello, su certeza respecto a la naturaleza del
mismo Dios.
Pero cree que tiene
un método, un proceso basado en el consenso a través del cual podría descubrir
la naturaleza de todo cuanto le rodea, incluyendo a Dios e incluyendo el
verdadero propósito de la existencia de la humanidad en este planeta. Así que
envía a aquellos exploradores a investigar la auténtica naturaleza de nuestra
situación y a regresar con sus informaciones.
>>En aquel punto comenzó la preocupación de la que ahora estamos despertando. Despachamos a aquellos exploradores para que regresaran con
una explicación
completa de nuestra existencia, pero debido a la complejidad del
universo no
les fue posible regresar inmediatamente.
Cuando el método científico no pudo devolvernos una nueva imagen de Dios
y del propósito que tiene la humanidad en este planeta, la falta de
certidumbre
y de significado afectó profundamente la
cultura occidental. Necesitábamos otra cosa que hacer hasta que obtuvieran
respuestas nuestras preguntas.
A la larga llegamos a la que parecía ser una solución muy lógica. Nos miramos unos a otros y dijimos: “Bien, puesto que nuestros exploradores todavía no han regresado con la verdad sobre nuestra
situación espiritual, ¿por qué no nos instalamos en este
nuestro nuevo mundo
mientras esperamos? Estamos ciertamente
aprendiendo lo suficiente para manipular este mundo en nuestro beneficio, así
que, ¿por qué no trabajamos mientras tanto para elevar
nuestro nivel de vida,
la sensación de seguridad que tenemos en este mundo?”.
Y esto es lo que hicimos. Nos quitamos de encima la sensación de estar
aquí perdidos pero haciéndonos sin embargo cargo de las cosas, nos
entretuvimos
en conquistar la tierra y utilizar sus
recursos para mejorar nuestra situación, y sólo ahora, cuando nos acercamos al
final del milenio, estamos en condiciones de ver lo que ocurrió. Nuestro
planteamiento se convirtió gradualmente en preocupación. Nos extraviamos
completamente en la creación de una seguridad laica, una seguridad económica,
para reemplazar la seguridad espiritual que habíamos perdido. La incógnita de
por qué estábamos vivos, de qué era en realidad lo que espiritualmente estaba
pasando aquí, fue lentamente apartada a un lado hasta quedar totalmente
reprimida.
>>Trabajar para un estilo de supervivencia más confortable ha adquirido creciente importancia, y no sólo ha sido un logro, sino que se ha convertido en
una razón
de ser. Gradual, metódicamente, hemos olvidado así cuál era nuestro
interrogante original… Hemos olvidado
que todavía no sabemos para qué
sobrevivimos.
La Segunda Revelación amplía nuestra conciencia del tiempo histórico.
Nos muestra cómo observar la cultura no sólo desde la perspectiva del
transcurso de nuestras vidas sino desde la perspectiva
de un milenio entero. Nos revela nuestra preocupación, y de este modo nos sitúa
por encima de ella. Al mirar ahora al mundo, deberíamos ser capaces de
distinguir esta vena obsesiva , esta intensa preocupación por el progreso
económico. Esta preocupación fue y es un desarrollo necesario, una etapa de la
evolución humana. Sin embargo, hemos consumido demasiado tiempo instalándonos
en el mundo. Es hora de despertar de la preocupación y reconsiderar la pregunta
original. ¿Qué hay detrás
de la
vida en este planeta? ¿Por qué estamos aquí en realidad?
3ªREVELACIÓN: Una cuestión de energía La tercera revelación describe un nuevo concepto del mundo físico. Los
seres humanos aprenderán a lo que anteriormente era un tipo de energía
invisible.
Tras la caída de la concepción medieval del mundo, los occidentales se
dieron cuenta de pronto de que vivían en un universo totalmente
desconocido. Al
intentar comprender la naturaleza de este
universo supieron que de un modo u otro había que separar los hechos de la
superstición. A este respecto los científicos asumieron una actitud particular
conocida como escepticismo científico, que exige básicamente el soporte de una
evidencia sólida para cada nuevo aserto sobre cómo funciona el mundo. Antes de
creer en lo que fuere, querían tener la evidencia de que podía ser visto y
tocado con las manos. Toda idea que no pudiera demostrarse con medios físicos
era sistemáticamente rechazada.
Esta actitud rindió excelentes servicios con los fenómenos más obvios de la naturaleza, con objetos tales como rocas, cuerpos y árboles, objetos que
cualquiera puede percibir, no importa lo
escéptico que sea. Rápidamente ampliaron su campo de trabajo y pusieron
nombre
a cada porción del mundo físico, intentando siempre descubrir por qué el
universo operaba siempre como lo hacía. Finalmente establecieron que todo
cuando ocurre en la naturaleza lo hace de acuerdo con alguna ley natural, que
cada acontecimiento tiene una causa física directa y comprensible.
Decidieron, al igual que los demás, dominar el sitio donde se encontraban (del mismo modo que otras personas de su época). La idea fue crear una comprensión del universo
que hiciese que el mundo pareciera seguro y manejable, y la actitud escéptica
los mantendría centrados sobre problemas concretos que harían su existencia
aparentemente más tranquila y llevadera.
Con esa actitud, la ciencia erradicó del mundo todo cuanto era
problemático y esotérico. Concluyeron –fieles a los pensamientos de
Isaac Newton- que el
universo operaba siempre de una manera
predecible, como una enorme máquina, porque durante mucho tiempo esto fue lo
único que de él pudo demostrarse.
Las cosas que ocurrían simultáneamente a otros acontecimientos, pero que no tenían con estas relación casual, se consideró que eran debidas exclusivamente al azar.
>
>Más tarde se produjeron dos investigaciones que volvieron a abrir sus ojos a los misterios del universo. En las últimas décadas se ha descrito
copiosamente a propósito de
la revolución en las ciencias físicas, pero en realidad los cambios
provienen
de dos grandes hallazgos: los de la mecánica cuántica y los de Albert Einstein.
>>La labor que llenó toda la vida de Einstein fue mostrarnos que lo que percibimos como materia dura es en su mayor parte un espacio vacío por
cuyo interior
circula una forma de energía. Esto nos incluye a nosotros. Y lo que la
física
cuántica ha venido a demostrar es que cuando miramos estas formas de energía a
niveles cada vez más pequeños, vemos resultados asombrosos. Los experimentos
revelan que cuando se separan diminutas porciones de esta energía, las que
llaman partículas elementales, y se trata de observar como operan, el acto de
la observación por sí mismo altera los resultados; es como si sobre aquellas
partículas influyera lo que espera o piensa el experimentador.
Es cierto incluso si las partículas deben aparecer en lugares a los que no es posible que lleguen, dadas las leyes del universo tal y como la conocemos: dos lugares
distintos en el mismo momento, adelante o atrás en el tiempo.
La tercera revelación concluye que el ingrediente básico del universo va
pareciéndose más cada día a una energía pura que es maleable a la
intención y
las expectativas humanas de una manera que
desafía el viejo modelo mecanicista del mismo universo, como si nuestras
propias expectativas, nuestra esperanza, provocasen que nuestra energía fluyese
hacia el mundo y afectase a otros sistemas de energía.
La percepción humana de esta energía se inicia por una acusada sensibilidad por la belleza.
La concepción de la belleza constituirá una especie de barómetro que indica a cada uno de nosotros lo cerca que está de percibir esta energía. Las cosas que cada uno percibe como bellas
pueden ser diferentes unas de otras, pero las verdaderas características que
atribuimos a los objetos bellos son similares… mayor presencia, mayor nitidez
de forma, exhibe más viveza de color, algo que destaca, algo que brilla, algo
casi iridiscente comparado con la opacidad de otros objetos menos atractivos,
ahí está la clave para percibir la energía, buscando y percibiendo la belleza
del entorno.
4ªREVELACIÓN: La pugna por el poder
Esta revelación trata de los conflictos. ¿Por qué los individuos se tratan unos a otros con tanta violencia? Siempre hemos sabido que esta
violencia procede del impulso que nos lleva a
intentar someter y dominar a nuestros semejantes, y al estudiar el
fenómeno
desde el interior,
desde el punto de vista de la conciencia individual, se descubre que cuando un
individuo se acerca a otra persona y traba conversación con ella, lo cual
ocurre en el mundo millones de veces cada día, pueden suceder dos cosas: que el
individuo se aleje sintiéndose fuerte o sintiéndose débil, según lo que haya
ocurrido en la interacción.
Por esta razón los seres humanos parecen adoptar una actitud manipuladora.
No importa cuáles sean las circunstancias de la interacción ni el tema a tratar: nosotros nos preparamos para decir lo que más nos convenga con tal de salirnos con la nuestra en la
conversación. Cada uno de nosotros procura hallar una manera de ejercer el
control y de este modo dominar el encuentro. Si lo conseguimos, si nuestro
punto
de vista prevalece, entonces, en lugar de sentirnos débiles, recibimos un
refuerzo psicológico.
>>Dicho de otra manera, los seres humanos tratan de ser más listos
que el prójimo e imponerle su control no sólo en razón de una meta
tangible a
la que intentan
llegar en el mundo exterior, sino por la exaltación que así recibimos
psicológicamente. Éste es el motivo de que se vean en el mundo tantos
conflictos irracionales, lo mismo a nivel individual que entre las naciones.
>>Todas estas materias están emergiendo ahora a la conciencia pública. Los seres humanos se percatan de hasta qué punto se manipulan unos a otros, y
en
consecuencia están reconsiderando sus motivaciones. Buscan otra manera
de
interactuar. Esta reconsideración forma parte de la nueva visión del mundo que
proporcionan las revelaciones.
Cuando dos personas discuten sus energías se empujan mutuamente, como si
cada una tratase de capturar la contraria mientras esas personas
interactúan.
Discuten sobre quién tiene la
visión correcta en una determinada situación, sobre cuál de las dos está en lo
cierto; cada una quiere triunfar a costa de la otra, incluso llegando al
extremo de invadir la confianza en sí misma de la oponente y de recurrir al
insulto si es preciso, cuando más a la violencia.
El movimiento de esta energía, si podemos observarlo sistemáticamente, es una vía para comprender lo que los seres humanos están recibiendo cuando
compiten y discuten y se perjudican unos
a otros. Cuando se controla a otro ser humano se recibe su energía, se
llena
uno a expensas del otro, y es llenarse de esa energía lo que motiva la
confrontación.
La Tercera Revelación muestra que el mundo físico es en efecto un vasto
sistema de energía, y la Cuarta pone en evidencia que durante mucho
tiempo los
seres humanos han competido
inconscientemente por la única parte de esta energía a la que estaban abiertos:
la parte que fluye entre las personas. En esto han consistido siempre los
conflictos humanos: desde las pequeñas pugnas en familia o en lugares de
trabajo hasta las guerras entre naciones.
Es el resultado de sentirse inseguro y débil y tener que robar la energía de otros para sentirse bien; y aunque algunas guerras fueron justas, el único motivo de que cualquier disputa no
pueda resolverse inmediatamente es que uno de los bandos se aferra a una
posición irracional, y esto ocurre por causa de la energía.
Comprender la Cuarta Revelación, es poder ver el mundo de los hombres
como una vasta competencia por la energía, y en consecuencia por el
poder. Sin
embargo, una vez los seres humanos comprendan
su pugna empezarán a superar esos conflictos. Todos comenzarán a liberarse de
la competencia por la mera y estricta energía humana, porque al fin estarán en
condiciones de recibirla de otra fuente.
5ªREVELACIÓN: El mensaje de los místicos
Esta revelación describe un nuevo concepto de lo que siempre se ha llamado conocimiento místico. Durante las últimas décadas del siglo veinte, este
conocimiento se divulgaría como una
forma de ser efectivamente asequible, una forma ya demostrada por los
más
esotéricos practicantes de muchas religiones. Para la mayoría de las personas
el conocimiento místico seguiría siendo un concepto intelectual, válido
únicamente para comentarlo y debatirlo.
Pero para un creciente número de individuos sería una experimentación real, porque tales individuos captarían destellos o ráfagas de aquel estado mental en el transcurso de sus vidas. Esta
experiencia es la clave para poner fin a los conflictos humanos en el mundo,
pues durante ella se recibe energía de otra fuente: una fuente con la que a la
larga se aprendería a conectar a voluntad.
Los alimentos son la principal manera de obtener energía, pero con
objeto de absorber totalmente esta energía la comida debe ser apreciada,
saboreada.
El sabor es la puerta de entrada. Hacer del comer una experiencia sagrada es prepararse para aceptar que lo que uno come pueda incorporarse íntegramente al cuerpo, como una absorción superior de
los alimentos.
Pero comer es solamente el primer paso. Después de que de esta manera
haya aumentado la energía personal, uno se vuelve más sensitivo a la
energía de
todas las cosas, y entonces se aprende a recibir
energía sin comer.
A través de la respiración puede obtenerse una gran cantidad de esta
energía, con respiraciones profundas, retenidas y pausadas.
Concentrándose en
el proceso de entrada y salida de aire
tanto como con el sabor en las comidas. En la inspiración recibimos y en la
espiración cedemos, en igual proporción desde una fuente inagotable.
Todo lo que nos rodea tiene energía, pero cada cosa la tiene de un género especial. Por ello ciertos lugares aumentan nuestra energía más que
otros. Depende de cómo se adapta nuestra forma
a la energía que hay allí. Hay que estar abierto, hay que conectar,
usando el
sentido de la apreciación. Uno da este paso más allá para sentir que se ha
llenado completamente.
Para tener una experiencia mística son varios pasos los que han de
seguirse. Al contemplar, por ejemplo, un árbol silvestre bien
desarrollado,
podemos ver que es hermoso, debemos sentirlo,
conectar con esa belleza, contemplarla como un todo y parte de nuestro ser, hay
que sentir amor por él. No es forzar el amor, es permitir que este entre en su
ser.
Cuando aceptamos este sentimiento recibimos energía, y automáticamente la damos en igual proporción, de manera que nos conectamos a un fluir que
nos
vigoriza, nos exalta, nos hace sentir plenamente vivos.
Una experiencia mística podría describirse como lo siguiente: Usted se
sienta próximo a la cumbre de una ladera montañosa. Observa con plenitud
toda
la cordillera que se expande a su
alrededor, lo ve, lo contempla, todo le parece próximo, el escarpado peñasco
donde usted se sienta, los grandes árboles de la loma más abajo, y las otras
montañas del horizonte. Y mientras contempla el balanceo de las ramas de los
árboles con la brisa experimenta no sólo la simple concepción visual de este
hecho, sino sobre todo una sensación física, como si las ramas que el viento
mueve fueran pelos de su cuerpo.
>>Lo percibe todo como si de alguna manera fuese parte suya. Sentado en la cumbre y extendiendo su mirada al paisaje que se despliega en pendiente
desde su
observatorio, en todas direcciones, siente exactamente como lo que
siempre
había conocido como su cuerpo físico fuera tan sólo la cabeza de otro cuerpo
mucho más grande consistente en todo lo demás que usted alcanza a ver.
Experimenta que el universo entero se mira a sí mismo a través de su mirada.
>>Esta percepción provoca un destello de recuerdo en sus ojos. Su memoria retrocede en el tiempo, más allá de su infancia y nacimiento. Se da
cuenta de que su vida no
había comenzado con su concepción y nacimiento en este planeta: comenzó
mucho,
mucho antes, con la formación del resto de su ser, de su cuerpo físico, el
universo mismo.
>>Presencia como la primera materia estalla en el universo y se percata de que, como la Tercera Revelación describe, no hay nada en ella auténticamente
sólido. La
materia es sólo energía que vibra a cierto nivel, y en sus inicios
existe
únicamente en su forma más simple: el elemento que llamamos hidrógeno. Esto es
cuanto había en el universo: hidrógeno, nada más.
>>Observa que los átomos comienzan a gravitar juntos, como si el principio imperante, el impulso de aquella energía, radicase en iniciar un
movimiento hacia un estado
más complejo. Y cuando unas porciones de hidrógenos alcanzan densidad
suficiente, comienzan a calentarse, a arder, a convertirse en lo que llamamos
estrellas, y en esta combustión el hidrógeno se autofusiona y salta a la
vibración inmediatamente superior, el elemento que conocemos como helio.
>>Mientras continúa observando, aquellas primeras estrellas envejecen y finalmente revientan vomitando el hidrógeno y el helio recientemente creado en el
universo. Y todo el proceso vuelve a empezar. El hidrógeno y el helio
gravitan
juntos hasta que el calor aumentó lo suficiente para que se formasen nuevas
estrellas, y esto a su vez fusionó el helio y creó el litio, que vibra al nivel
inmediatamente superior.
>>Y prosigue el ciclo… con cada nueva generación de estrellas creando materia que antes no había existido, hasta que el amplio espectro de
esta materia, los elementos químicos básicos, se forman y esparcen por
doquier. La materia ha
evolucionado desde el elemento hidrógeno, la más simple vibración de
energía,
hasta el carbono, que vibra a una velocidad extremadamente alta. Se ha
constituido ya la plataforma para el siguiente paso en la evolución.
>>Cuando se forma nuestro Sol, partes de materia caen en órbita a su alrededor, y una de ellas, la Tierra, contiene todos los elementos de nueva
creación, hasta el
carbono. Al enfriarse la Tierra, los gases que la masa fundida había
atrapado
en su seno emigran hacia la superficie y se mezclan para generar vapor de agua,
y vienen las grandes lluvias que formarán los océanos en la corteza entonces
yerma. Luego, cuando el agua cubre gran parte de la superficie de la Tierra,
los cielos se aclaran y el Sol, ardiendo con brillantez, baña el nuevo mundo
con luz, calor y radiación.
>>Y en los someros charcos, marismas y lagunas, en medio de grandiosas tormentas eléctricas que periódicamente barren el planeta, la materia
salta más allá del
nivel vibratorio del carbono hacia un estado más complejo aún: la
vibración
representada por los aminoácidos. Pero por primera vez este nuevo nivel de
vibración no es estable en sí ni por sí mismo. La materia tiene que absorber
otra materia para sostener su vibración. Tiene que alimentarse. La vida, el
nuevo impulso de la evolución, surge.
>>Todavía confinada a existir únicamente en el agua, ves esta vida dividirse de dos formas distintas: una forma, la que llamamos vegetal, se sustenta de
materia
inorgánica y convierte los elementos de esta en nutrientes utilizando el
dióxido de carbono de la atmósfera primigenia. Como subproducto, las plantas
sueltan al mundo por primera vez oxígeno libre. La vida vegetal se extiende
rápidamente por los océanos y finalmente también sobre la tierra.
>>La otra forma, la que llamamos animal, absorbe exclusivamente vida orgánica para sostener su vibración.
>>Mientras observas, los animales llenan los océanos en la gran era de los peces y, cuando las plantas han soltado suficiente oxígeno a la atmósfera,
inician asimismo su
migración a tierra firme.
>>Ves que los anfibios, medio peces, medio algo nuevo, abandonan
el agua por primera vez y usan pulmones para respirar aquel inédito
aire. Su
materia vuelve a dar
un salto adelante para generar los reptiles y cubrir con ellos la Tierra en el
periodo de los dinosaurios.
>>A continuación vienen los mamíferos de sangre caliente y asimismo poblaron la Tierra, y te das cuenta de que cada especie que aparecía
significaba que la
vida, la materia, ha avanzado un grado en su vibración. Finalmente la
progresión termina.
Allí, en el pináculo, está la especie humana. La aparición de la humanidad no termina el proceso de evolución, la
nueva evolución sería espiritual, dentro de la propia especie de los
hombres,
alcanzando nuevos grados o niveles de la mente,
del espíritu, hasta agregarse al todo. Hablamos pues de la evolución del
pensamiento, como describe la Segunda Revelación.
Contemplar la historia del universo, de su pasado, de “nuestro”pasado, nos inunda con un mayor conocimiento y comprensión del entorno, como resultado
nos asalta una paz e integridad de proporciones altísimas, estamos
aceptando y
conociendo nuestro origen, extrayendo energía del cosmos, sintiendo amor por
todo, por todo de lo que venimos y de lo que formamos parte, un amor que fluye
hacia nosotros y a través nuestra.
Hemos encontrado esa nueva fuente de energía, una fuente alternativa,
pero no nos es posible conectar con esa fuente si antes no combatimos el
particular método que, como individuos, utilizamos en
nuestros controles y cesamos de aplicarlo; porque tan pronto como recaemos en
el hábito quedamos desconectados de la otra fuente.
>>Desprendernos de ese hábito no es fácil, pues recurrimos a él de forma inconsciente. La clave para eliminarlo es traerlo de pleno a nuestra conciencia, cosa
que se consigue
viendo que nuestro estilo particular de control sobre los demás es un
truco que
aprendimos en la infancia para atraer la atención, para lograr que la energía
viniese hacia nosotros, y que en ello nos hemos plantado. Este estilo es algo
que repetimos una vez y otra, permanentemente. Es lo que llamaríamos una farsa
de control.
6ªREVELACIÓN: Clarificar el pasado
La farsa de control es una representación con la que estamos familiarizados igual que con muchas secuencias de las películas, para la
cual escribimos el guión siendo niños.
Después hemos repetido la escena un número incontable de veces en
nuestra vida
cotidiana, ya sin percatarnos. Todo lo que sabemos es que el mismo tipo de
acontecimiento nos ocurren repetidamente. El problema es que si estamos
repitiendo sin cesar una determinada escena, entonces las determinadas escenas
de la película de nuestra vida real, la gran aventura marcada por las
coincidencias, no pueden desarrollarse. Paramos la película cuando repetimos
nuestra farsa única para maniobrar en busca de energía.
El primer paso para tener las cosas claras es, en el caso de cada uno de nosotros, trasladar nuestra particular farsa de control a plena
conciencia. Nada adelantamos hasta que nos miramos
realmente a nosotros mismos y descubrimos qué hemos estado haciendo para
maniobrar en busca de energía.
>>Cada uno de nosotros debe retroceder a su pasado, volver a los inicios de nuestra vida familiar y ver cómo se formó el hábito que hemos adquirido.
Viendo su
comienzo nos será más fácil ver de qué manera tratamos de ejercer el
control.
La mayoría de los miembros de nuestra familia representaban una farsa de
control destinada a extraer energía de nosotros, los niños.
Debido a ello tuvimos, ante todo, que montar también nuestra farsa de control. Necesitábamos una estrategia para recuperar energía. El desarrollo de nuestras farsas
particulares guarda relación con nuestra familia. Sin embargo, una vez hayamos
identificado la dinámica de la energía en la familia, podremos rebasar aquellas
estrategias de control y ver lo que realmente estaba pasando. Toda persona debe
reinterpretar su experiencia familiar desde un punto de vista evolutivo, un
punto de vista espiritual, y descubrir quién es realmente. Una vez hecho esto,
nuestra farsa de control desaparece y nuestra vida, la auténtica, cambia de
rumbo.
Esta revelación nos muestra una clasificación de las farsas de control, a las que acudimos
con el fin de ganar energía, definiéndonos por una que practicamos con mayor frecuencia. Todo el mundo manipula a los demás para obtener energía, bien sea agresivamente,
forzando a los demás a que les presten atención, bien pasivamente, actuando
sobre la simpatía o la curiosidad de la gente para atraer aquella atención. Por
ejemplo, si alguien nos amenaza, verbal o físicamente, nos vemos obligados, por
miedo a que nos ocurra algo malo, a prestarle atención y, en consecuencia, a
cederle energía.
La persona que nos amenaza nos estará arrastrando al género de farsa más agresivo, lo que la Sexta Revelación llama el intimidador.
>>Si, por otra parte, alguien nos cuenta las cosas horribles que
le ocurren, dando a entender quizá que somos nosotros los responsables y
que si
nos negamos a
ayudarle continuarán ocurriéndole esas cosas horribles, entonces esa persona
pretende controlarnos al nivel más pasivo, lo que se conoce como la farsa de un
pobre de mí, tratando de hacernos
sentir culpables en su presencia aunque sepamos que no hay motivo para sentirse
así o no les hayamos hecho nosotros esos males, tan sólo que no hacemos lo
suficiente por ayudarles.
>>El interrogador corresponde a otro género de farsa.
Es una persona que usa este procedimiento concreto de obtener energía: construir una farsa en la que hace preguntas y sondea el mundo de otra
persona con la intención específica de encontrar algo censurable. Cuando
lo ha
encontrado, critica este aspecto de la vida del otro. Si la estrategia
funciona, la persona criticada es incorporada a la farsa. Luego, de súbito,
dicha persona se siente cohibida, tímida; se mueve en torno al interrogador y
presta atención a cuanto éste hace y piensa, con objeto de no hacer ella algo
malo que el interrogador pueda notar. Esta deferencia psíquica proporciona al
interrogador la energía que desea.
>>La última farsa consiste en crear una representación durante la cual el sujeto se aparta y parece misterioso, lleno de secretos. Se dice a sí
mismo que obra de
este modo por cautela, pero lo que realmente hace es confiar en que
alguien
será atraído por esta farsa e intentará deducir qué es lo que pasa con él.
Cuando alguien lo intenta, él sigue siendo impreciso, indefinido, forzando a la
otra persona a insistir, a indagar, a escudriñar para discernir cuáles son sus
verdaderos sentimientos.
Mientras el otro actúa así, le dedica a él toda su atención y esto proyecta su energía hacia el sujeto en cuestión. Cuanto mayor tiempo lo mantiene interesado y desconcertado, mayor es la energía que recibe
el otro.
Así pues, se establece una relación entre las farsas, de modo que
contemplando la que interpretaban más comúnmente en nuestro entorno
familiar a
nuestro respecto, crearon de forma inconsciente
la nuestra.
El interrogador crea al reservado y viceversa, y el intimidador crea o bien otro intimidador, que compite con él, o bien un pobre de mí.
Existe la tendencia de ver las farsas en los demás y creer que uno está
libre de semejantes artificios. Debemos superar esta ilusión para seguir
adelante. Casi todos tendemos a aficionarnos,
por lo menos durante un tiempo, a una farsa determinada, y es preciso
detenernos y estudiarnos a nosotros mismos hasta descubrir cuál es.
Hecho esto, podemos encontrar en nuestras vidas un significado superior,
una razón espiritual por la cual nacimos cada uno en una familia
concreta y no
en otra. Podemos empezar a tener
claro quiénes somos realmente.
Para esclarecer nuestro destino, para qué hemos venido al mundo y en el momento y lugar que lo hemos hecho, debemos retornar nuevamente a la
familia, centrándonos en el padre y la madre (o en
quien adoptó el papel). Debemos observar las aspiraciones y visión del
mundo de
cada uno, cómo enfocaban la vida, cómo había que vivir, cómo según cada uno
había que vivir la vida y trataba de transmitírnoslo tratando de sobreponer su
visión a la del otro cónyuge. Viendo esto, podemos esclarecer una fusión de
ambas visiones en nosotros, a menos que nos hayamos decantado por la influencia
de una concreta. Podemos asumir y aceptar la del padre, o la de la madre, o la
de ambos, lo que ocurre con mayor frecuencia. Esclareciendo esto podemos
entender nuestra forma de ver la vida y de cómo vivirla, así optaremos más
adecuadamente por los caminos que se nos presenten, una vez comprendamos
quiénes somos, y así descubrir para qué estamos aquí.
Nosotros tomamos el nivel de evolución de nuestros padres y lo elevamos
más aún, es así como continúa la evolución tras al hombre.
7ªREVELACIÓN: Cómo agregarse al fluir
Esta revelación habla de qué manera surgen los objetos ante nosotros, de cómo ciertos pensamientos acuden para servirnos de guía.
Nada ocurre por casualidad, que caminemos tranquilamente y un gran
número de cosas y encuentros ocurran no son fruto del azar, esos caminos
se nos
presentan por alguna razón y esas personas
están ahí por otra, en nuestro criterio está discernir qué caminos, que
opciones o qué interacciones pueden merecernos la pena.
Para dilucidar esto debemos estar conectados con la energía, con la fuente, luego percatarnos de detalles aparentemente sin importancia a fin de determinar qué opción o acción
puede tener mensaje para nosotros.
Si hablamos de optar por un elegir una dirección u otra, debemos
concentrarnos en ambas y observar el entorno, discerniendo cuál por
alguna
inexplicable razón nos parezca más atractivo, y no
necesariamente por su belleza, sino como una intuición.
Si soñamos algo, debemos analizar este sueño para tratar de descubrir un posible mensaje oculto.
Esto se acentúa si el sueño se repite. Las pesadillas nos traen los mensajes más importantes. La trama del sueño hay que compararla con la historia de nuestra vida para
comprender su significado. Hay que estar atentos, porque muestran hechos o
posibles hechos de nuestra vida en los que no habíamos reparado.
Cuando divagamos en ensoñaciones también hay que estar atento, puede que
nos veamos en algún lugar haciendo algo concreto, solos o con alguien
determinado, puede que debamos provocar ese
encuentro o acudir a ese lugar a fin de buscar lo visualizado, buscar la
coincidencia. Si estamos bien conectados, la energía nos muestra el camino
antes de que ocurra, y todo aparece como una coincidencia de elegir la opción
correcta, lo cual nos llena de vigor y nos hace sentir más vivos. Si el
pensamiento o la imaginación de algo acude de improviso a la mente, guarda un
significado.
En definitiva, debemos estar alerta a las coincidencias o intuiciones, y de las que se nos den tratar de averiguar cuáles merecen la atención y
cuáles podemos descartar, porque al en un lugar
concurrido no podemos hablar con todos a la vez, quizá tengamos que
elegir por
circunstancias de tiempo entre una opción y otra, así pues estas señales nos
pueden ayudar a averiguar qué será más provechoso. Tener presente todo esto,
nos ayuda a estar prevenidos con lo que ha de venir. Cuando un pensamiento
acude a la mente debemos preguntarnos por qué, por qué acude en ese momento
concreto y qué relación puede tener con nuestra vida, debemos adoptar la
postura de observadores.
De igual modo, los pensamientos negativos, las ensoñaciones de este tipo, hay que rechazarlas en cuanto aparecen. A continuación vendrá otra
imagen, otra con buenas consecuencias que
se impondrá en nuestra mente. Pronto las imágenes negativas ya no se
producirán
casi nunca. Nuestras intuiciones se referirán a cosas positivas.
Si después de ello, sin embargo, aparecen imágenes negativas, han de ser tomadas muy en serio y no seguirlas, pues es una precognición casi segura, como por ejemplo si
tuviéramos la imagen de un accidente de tráfico y poco después se nos presenta
la ocasión de un viaje en coche, no hay que aceptarlo.
Para asimilar la Séptima Revelación y entrar realmente en el movimiento de la evolución, uno debe integrar todas las visiones en una única manera
de ser. A consecuencia de las revelaciones, uno
despierta y ve el mundo como un lugar misterioso que nos proporciona
todo
cuanto necesitamos, si somos lúcidos y no nos desviamos de nuestro camino.
Entonces estamos preparados para iniciar el flujo evolutivo. Nos agregamos a
este proceso manteniendo con firmeza en la mente los problemas de nuestra vida
cotidiana. Y además estando al acecho de cualquier directriz, lo mismo si viene
de un sueño, de un pensamiento intuitivo o de la forma en que nuestro entorno
se vuelve iridiscente y se proyecta hacia nosotros.
Acumulamos nuestra energía y centramos la atención a nuestras situaciones, a los problemas que tenemos, y en seguida recibimos alguna forma de orientación intuitiva, una idea de adónde
ir y qué hacer, y después se producen las coincidencias que nos permiten
avanzar en esa dirección. Y cada vez que las coincidencias nos conducen hacia
algo nuevo, crecemos, nos convertimos en personas más completas que existen en
un nivel de vibración superior.
Todas las respuestas que acuden misteriosamente a nosotros vienen en realidad de otras personas. Pero no todas las personas que
nos encontramos tienen la energía o la clarividencia convenientes
para revelarte el mensaje que puedan transmitir. Al igual que proyectamos
energía hacia las plantas o las cosas, hay que hacer lo mismo con una persona.
Cuando la energía entra en ella, le ayuda a ver su propia verdad. Entonces
podrá transmitirnos esa verdad.
Nuestro reto es encontrar el lado positivo de toda situación que se nos presente.
8ªREVELACIÓN: La ética interpersonal
La octava trata de cómo relacionarnos con las demás personas, desde los niños hasta las relaciones sentimentales. Trata de cómo aprenderemos
finalmente los seres humanos a relacionarnos unos con
otros, de cómo proyectar energía hacia los demás y cómo evitar la
adicción a
las personas.
Enseña a utilizar la energía de una manera nueva cuando nos relacionamos con la gente en general, empezando por el principio, por los
niños.
A los niños debemos verlos como lo que son realmente, puntas de lanza en
la evolución que nos hace progresar. Pero a fin de que aprendan a
evolucionar
necesitan nuestra energía sobre una base
incondicional constante. Lo peor que se le puede hacer a un niño es drenar su
energía mientras le reprendemos. Esto es lo que crea en ellos farsas de
control.
En cambio, estas manipulaciones inducidas en los niños pueden evitarse si los adultos les damos toda la energía que necesitan, cualquiera que sea
la
situación. Hay que incluirles siempre en las conversaciones,
especialmente si
se refieren a ellos. Y no se debe asumir responsabilidad sobre más niños que
aquellos sobre los que pueda prestar verdadera atención. Un adulto sólo puede
concentrarse y dedicar su atención a un único niño cada vez. Si hay demasiados
niños para el número de adultos, entonces estos se sienten agobiados y son
incapaces de proporcionar suficiente energía. Los niños empiezan a competir
unos con otros por el tiempo de los adultos. Los niños deberían conocer el
mundo a través de los ojos de los adultos, no de los otros niños. No se debe
traer, pues, hijos al mundo si no hay por lo menos un adulto encargado de
concentrar toda su atención, y durante todo el tiempo, a un único niño.
>>Los seres humanos aprenderán a ampliar sus familias más allá de los lazos de sangre, En este caso, otra persona puede proporcionar la atención
individualizada. No
toda la energía ha de proceder exclusivamente de los padres. De hecho,
es mejor
que no ocurra así.
>>Tratarlos con seriedad y verdad, evitando respuestas fantásticas o caprichosas destinadas a divertir a los adultos frente a sus preguntas. La verdad
como respuesta, en
un lenguaje adaptado y comprensible para su condición infantil,
haciéndoles ver
qué es fantasía y qué no lo es. La verdad siempre puede expresarse para el
nivel de comprensión infantil, nunca es demasiado complicada para que un niño
la entienda.
Otro punto que trata la Octava Revelación es sobre la adicción a otras personas.
Cuando uno o una logra aprender a ser claro y se compromete en su propia evolución, cualquiera de nosotros puede verse frenado bruscamente por una adición a otra persona.
>>Esta idea explica por qué en las relaciones sentimentales surgen pugnas por el poder. Siempre nos hemos preguntado qué provoca el fin del
arrobamiento y de la
euforia de un amor, para convertirlo repentinamente en un conflicto, y
ahora
podemos saberlo. Es un resultado del flujo de energía entre los individuos
implicados.
>>Cuando nace el amor, los dos individuos se están dando energía uno a otro inconscientemente y ambas personas se sienten vigorosas y exaltadas.
Éste es el
increíble nivel que todos llamamos enamorarse.
Por desdicha, en cuanto confían en que esta sensación venga de otra persona, se desconectan de la energía del universo y empiezan a recurrir más aún a la energía del otro; sólo que ahora no
parece haber energía suficiente, y en consecuencia cesan de transmitírsela y
vuelven a creer en sus farsas en un intento de controlarse mutuamente y extraer
la energía del otro sin reciprocidad. Es en este punto cuando la relación
degenera en el usual forcejeo por el poder. Nuestra susceptibilidad a este
género de adicción puede ser descrita psicológicamente: el problema empieza en
nuestra familia de origen. Debido a la competencia que suele haber por la
energía en las familias, ninguno de nosotros ha sido capaz de completar un
proceso psicológico muy significativo. No hemos sabido integrar nuestro opuesto
lado sexual.
>>La razón de que caigamos en la adicción a una persona del sexo
contrario es que todavía no hemos accedido a esta energía del sexo
opuesto
nosotros solos, por
nuestra propia cuenta. La energía mística que podemos aprovechar como fuente
interna es a la vez masculina y femenina.
>>Eventualmente podemos abrirnos a ella, pero cuando empezamos a evolucionar hemos de ser muy cautelosos. El proceso de integración requiere tiempo. Si
conectamos
prematuramente con una fuente humana para obtener nuestra energía,
femenina o
masculina según sea el caso, cerramos el paso al suministro universal.
>>Piense en cómo debería funcionar esta integración en el seno de una familia ideal. En cualquier familia, el hijo recibirá su primera energía de los
adultos que forman
parte de su vida. Por lo general, hay tendencia a identificarse con el
progenitor del mismo sexo para integrar su energía; y eso se consigue con
facilidad. Pero recibir la energía del otro puede ser más difícil debido a la
diferencia de sexo.
>>Tomando como ejemplo a una niña, todo lo que ella sabe las primeras veces que intenta integrar su lado masculino es que se siente fuertemente atraída
por su padre.
Quiere tenerle constantemente cerca, a su lado si puede ser. Lo que ella
realmente quiere es energía masculina, porque esta complementa su lado
femenino. De la energía masculina recibe una sensación de consumación y
euforia. Pero comete el error de creer que la única manera de conseguir esta
energía es poseyendo sexualmente a su padre y teniéndole físicamente cerca.
>>Interesa destacar que, dado que la niña intuye que dicha energía debería en realidad ser suya y que ella debería poder gobernarla a voluntad,
pretenderá dirigir al
padre como si él fuera aquella parte de su persona. Cree que su padre es
mágico
y perfecto y capaz de satisfacer su más mínimo capricho. En una familia menos
ideal que la que hemos imaginado, esto establece enseguida un conflicto de
poder entre la niña y su padre. Se configuran las farsas a medida que ella
aprende a tomar posiciones destinadas a manipularle a él para que le transmita
la energía que desea.
>>Sin embargo, en la familia ideal, el padre se mantendrá al margen de la competición. Continuará relacionándose honestamente con su hija y tendrá
suficiente energía como para abastecerla incondicionalmente, incluso
aunque no
pueda hacer todo lo que ella le pide. Lo que importa saber aquí, en nuestro
ejemplo ideal, es que el padre seguirá abierto y comunicativo. Ella cree que es
magnífico, insuperable, pero si él explica francamente quién es y qué hace y
por qué lo hace, entonces la niña puede integrar su estilo, sus aptitudes
particulares, e ir más allá de la imagen irreal de su padre. Al final le verá
como un ser humano determinado, un ser humano dotado de sus propios defectos y
virtudes. Una vez tiene lugar esta auténtica emulación, la niña entrará en una
rápida transición que la llevará de recibir de su padre la energía del sexo
opuesto a recibirla como parte de la energía total que existe en la inmensidad
del universo.
>>El problema está en que la mayoría de los padres, hasta ahora, ha venido compitiendo con sus hijos por la energía, y esto nos ha afectado a
todos.
Debido a que existía esta competición, ninguno de nosotros ha resulto
como
correspondería la cuestión pendiente del sexo opuesto. Todos nos hemos
plantando en la etapa en que todavía buscamos le energía del sexo opuesto fuera
de nuestra identidad, en la persona de un varón o una hembra a quien
consideramos ideal y mágico y a quien podemos poseer sexualmente.
En términos de nuestra aptitud para evolucionar conscientemente, nos
enfrentamos a una situación crítica. De acuerdo con la Octava
Revelación,
cuando empezamos a evolucionar empezamos
también a recibir auténticamente la energía de nuestro sexo opuesto.
Procede naturalmente de la energía que hay en el universo. Pero debemos tener cuidado, porque si
aparece otra persona que nos ofrece directamente esa energía podemos
desconectarnos de la genuina fuente, y retroceder.
Bien, pues el nuevo problema con esta persona aparentemente completa
–esta O que hemos creado de dos sujetos distintos incompletos, dos C- es
que se han necesitado dos individuos
para
hacerla, uno que aporte la energía masculina y otro la femenina. Esta persona
única tiene consecuentemente dos cabezas, es decir, dos egos. Ambos componentes
quieren gobernar la persona completa que han creado, y así, exactamente como en
la infancia, las dos personas quieren mandar una sobre otra; de hecho, lo que
ambas sienten es que la otra persona es ella misma, y esta especie de sensación
de integridad acaba en una pugna por el poder. Al final, cada persona debe
prescindir de la otra, incluso invalidarla, para que le sea posible conducir su
propia entidad humana en la dirección que desea.
Ello, por supuesto, no funciona, o por lo menos no funciona en la actualidad. Quizás en el pasado uno de los que
podríamos llamar socios se avenía a someterse a otro; generalmente la mujer, en
ocasiones el hombre. Pero ahora estamos despertando. Nadie debe estar
subordinado a nadie.
>>No se trata de decir adiós a nuestra vida sentimental, ni mucho menos, pero antes hemos de completar el círculo nosotros solos y estabilizar
nuestra comunicación
con el universo. Esto exige tiempo, aunque después no volveremos a
padecer
nunca el problema y alcanzaremos lo que la revelación define como una relación
culminante. Cuando, a continuación, conectemos sentimentalmente con otra
persona completa, crearemos una persona superior, pero sin salirnos ya de
nuestra evolución individual.
>>Por tanto, hay que resistirse por un tiempo al sentimiento de “amor a primera vista”, aprendiendo a tener relaciones platónicas con el sexo
opuesto. Pero hay que recordar el proceso. Debe tener relaciones sólo
con personas que se revelen
totalmente a sí mismas, que le digan cómo y por qué están haciendo lo
que
hacen; en otras palabras, igual que habría ocurrido con el progenitor del otro
sexo durante la infancia ideal. Si uno sabe quiénes son realmente por dentro
sus amigos del sexo opuesto, escapará de la proyección de sus propias fantasías
sobre la relación y ello liberará para conectar de nuevo con el universo.
>>Esto no es fácil, especialmente si uno ha de romper una relación normal de mutua dependencia. Es una auténtica separación de la fuente de energía.
Duele mucho.
Pero debe hacerse. La dependencia mutua no es una especie de enfermedad
nueva
que algunos padecen. Todos padecemos esa dependencia mutua, y todos, hoy en
día, la estamos superando.
>>La idea es empezar a experimentar esa misma sensación de
bienestar y euforia que se produce en los primeros momentos de una
relación de
mutua dependencia, pero
estando solos. Uno ha de tenerle a él o a ella en su propio interior.
Después de esto, uno evoluciona hacia delante y puede encontrar la relación sentimental que específicamente le conviene.
Cuando vemos a una persona varias veces en un periodo corto de tiempo, a
la que quizá no hemos visto nunca o hacía tiempo que no veíamos, y
creemos que
es fruto del
azar, no es así. Esa persona tiene con seguridad un mensaje para nosotros, o
nosotros para ella. O bien cuando llegamos a un lugar repleto de gente y se nos
cruza la mirada con alguien, o tenemos la sensación de que cierta persona nos
resulta familiar a pesar de no haberla visto nunca, también hay que estar
alerta a estos detalles.
9ªREVELACIÓN: LA CULTURA EMERGENTE
La Novena Revelación señala hacia dónde se encamina la raza humana en los próximos mil años, una visión del tipo de cultura que puede surgir al
fusionar las ocho revelaciones en una forma de ser consciente. Esta
Revelación ayuda a
crear la confianza que necesitamos
para continuar nuestro
camino de evolución espiritual.
La Novena Revelación subraya que cuanto más nos conectamos con la belleza y la energía que nos rodean, más evolucionamos. Cuanto más evolucionamos,
más alta es nuestra vibración. Por último, nuestra percepción y
nuestra vibración aumentada nos permitirán cruzar la barrera entre
nuestro mundo físico y el mundo invisible
del cual venimos y hacia el cual
volvemos con la muerte física. La Novena Revelación nos inspira siempre que dudamos de nuestro camino o
perdemos de vista el proceso. Nos
dice que estamos evolucionando hacia el
día en que podremos alcanzar un cielo vibracional que ya existe exactamente donde estamos.
Cómo llegar. Al vivir las ocho Revelaciones, logramos esta vida futura. El Manuscrito empezaba mostrándonos la Primera Revelación,
que consiste en reconocer que el universo misteriosamente presenta las
oportunidades coincidentes para que avancemos hacia nuestro destino. La Segunda
Revelación nos permite ver el pasado y
reconocer que en forma colectiva,
estamos tomando conciencia de nuestra naturaleza esencialmente espiritual. La Tercera Revelación nos muestra que
el universo es energía pura que responde a nuestra intención. La Cuarta
Revelación demuestra que los seres humanos, erróneamente, tratan de obtener
energía de los demás, lo cual trae aparejado
un sentido de escasez, competencia y
lucha.
La Quinta Revelación describe cómo es la conexión mística con la energía universal y cómo se amplía nuestra perspectiva
de la vida, dándonos una sensación de levedad, expansión y seguridad
total. La Sexta Revelación nos ayuda a liberarnos de nuestros dramas
para controlar y a
definir nuestra búsqueda actual en la vida analizando nuestra herencia parental. La Séptima Revelación pone en marcha la
evolución de nuestro yo verdadero
mostrándonos cómo hacer preguntas, recibir intuiciones y encontrar
respuestas.
La Octava Revelación nos da la clave para que el misterio opere y surjan las respuestas mostrándonos cómo generar lo mejor en los demás. Estas Revelaciones, fusionadas en la conciencia,
crean un
sentido exaltado de lucidez y expectativa a medida que vamos avanzando
hacia nuestro verdadero destino. Vuelven a conectarnos con el misterio
de la existencia.
Dónde estaremos en el próximo milenio
Al vivir las Revelaciones, la cultura se sostendrá por su conexión
espiritual y se transformará rápidamente.
Las características de la evolución cultural presentadas en la Novena Revelación incluyen:
El primer gran cambio
• El cambio esencial será la comprensión de que estamos aquí para evolucionar espiritualmente. Como consecuencia
de esta comprensión, habría cambios
en nuestra frecuencia vibracional.
• Nuestra búsqueda de la verdad nos llevará a una nueva forma de
vida.
• Al unirnos a la masa crítica de los que captan las Revelaciones, la información llegará a
escala global.
• Habrá un período de intensa retrospección.
• Ya empezamos a captar lo bello y valioso que es el mundo natural,
y nuestra
comprensión de su esencia
espiritual aumentará alentándonos a
preservar y respetar selvas, lagos, ríos
y lugares sagrados.
• No toleraremos ninguna actividad económica que amenace estos tesoros.
El destino revelado • Nuestra necesidad de sentido y propósito será satisfecha al vibrar
con las coincidencias e intuiciones que iluminan nuestro camino.
• Para escuchar atentamente cada nueva verdad, nos detenemos
y prestamos atención a cada nuevo encuentro significativo que se
presenta.
• Cada vez que encontramos a otra persona, intercambiamos nuestros interrogantes y
recibimos nuevas orientaciones y
revelaciones,
que alteran
significativamente nuestra vibración.
• Al recibir intuiciones claras respecto de quiénes somos, y qué se supone que estamos
haciendo, empezamos a cambiar nuestras
ocupaciones para seguir creciendo. Convendría tener varias
ocupaciones en la vida.
• En la medida que cada individuo siga su propio destino, verdad por
verdad, aparecerán naturalmente nuevas intuiciones respecto de
la solución de los problemas sociales y
ambientales.
Vivir en la Tierra
• Superada nuestra necesidad de dominar la naturaleza, respetaremos
las fuentes naturales de energía de montañas, desiertos,
selvas, lagos y ríos.
En los próximos quinientos años, las selvas tendrán la posibilidad de madurar y se protegerán intencionalmente los demás paisajes naturales.
• Todos viviremos lo más cerca posible de los lugares sagrados pero también estaremos a
distancias cómodas de los centros
urbanos de la
tecnología verde que abastecen las necesidades de la vida
tales como la alimentación,
la vestimenta y el transporte.
• Los jardines serán cultivados con cuidado para energetizar plantas para consumo.
• Guiados por nuestras intuiciones, todos podremos saber exactamente qué hacer y cuando hacerlo y esto
encajará armoniosamente con las acciones de
los demás.
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